lunes, 22 de julio de 2013

HOME MARIN (TAPIA DE CASARIEGO)

¿Puede suceder en una misma noche, que en dos de los tres bares que pisamos en un pequeño pueblo, seamos los únicos sin pinchu?
El segundo fue el Home Marin, situado en C/ Arquitecto Villamil, bajo nº 8.
Esta vez la historia fue un tanto curiosa. Sábado por la tarde, Semana Santa, fútbol y lluvia en la calle. Acabamos en ese bar por necesidad, ya que no nos gustaba mucho el ambiente futbolero. 
Hicimos hueco en la barra y pedimos unas cañas. En la barra había varios tazones dispuestos para servirse uno mismo que contenían frutos secos y gominolas mezclados. Lo dulce y lo salado todo junto. Una combinación asquerosa.
A los pocos minutos un camarero salió de la cocina con una bandeja con trozos de empanada y comenzó a repartir al público. Pensamos que esta era la nuestra, que por fin tocaría pinchu. En el momento en que el camarero se acercaba hacia nosotros , un hombre que estaba delante tiró un vaso al suelo rompiendo en pedazos, así que todos nos apartamos para no cortarnos con los cristales ni pisar el líquido.
Conclusión, el camarero también se apartó, pero para no volver. Y volvimos a ser los únicos del bar que se quedaban sin pinchu porque hasta el hombre que tiró el vaso, pudo probar bocado antes de cometer su fechoría.

Semanas después nos enteramos de que esa noche era la reapertura del local, que había cambiado de dirección. Espero que fueran los nervios de la inauguración la causa del despiste.

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